mineria1.jpg

Según las autoridades peruanas, la minería debería contribuir aún más al desarrollo del país, pero la evasión de la minería ilegal, específicamente en Madre de Dios, donde se desarrolla la minería de oro en medio de selvas salvajes a las que es casi imposible entrar sin ser un nativo del lugar, han generado pérdidas que se cuantifican como en unos 500 millones de soles, los cuales deberían irse en impuestos.

Por ahora, los ministros están preocupados porque se han suspendido muchos proyectos mineros y a la vez, todos quieren entrar a recaudar lo que genera la minería ilegal, sobre todo si se trata de minería de oro, pero ha habido limitaciones históricas para regular esa industria, ya que el sólo hecho de ingresar a la selva aurífera, es algo que ni el más osado de los políticos haría estando en sus cabales.

Los que han ido a Perú deben haber oído algo sobre la maldición del oro, algo así como la maldición de las esfinges en Egipto. La situación en Perú es similar, y el que intente robar algo del oro que recogen sólo los dueños de las tierras en donde éste se esconde, será sometido al designio de una maldición que lo condenará inexorablemente a la muerte.

Entre tribus indígenas la pelea no ha sido liviana tampoco, y el poder que tienen los productores de oro, no es menor, por lo mismo, no permiten que llegue algún personaje vestido de autoridad para quitarles los que les pertenece desde el mismo minuto que nacieron.

A veces, regular industrias es más complicado de lo que se cree, y aquí se tiene una muestra de lo que significa intentar comenzar una lucha con los dueños del oro.

Vía/ Peruthisweek

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.