Históricamente la mayoría de las culturas antiguas han usado a los oráculos como parte importante su religión. En el caso concreto de la los Incas no fueron ajenos a esta situación, principalmente relacionada con las labores agrícolas, por lo tanto vinculadas de forma muy arraigada al hombre andino.
Estos oráculos eran consultados sobre todo tipo de actividad humana desde tiempos anteriores a los Incas.
Pachacamac fue el oráculo principal de la costa se decía que era el creador de todas las cosas y fuerza vital de todos los seres vivos. En distintas crónicas – historias escritas por los españoles con relación a los indígenas – se menciona en innumerables veces el nombre de Pachacamac. En la mayoría de casos descrito como un demonio al cual se le atribuía la creación del mundo y algunos incluso aseguran que mediante este oráculo, el demonio hablaba a los indígenas. Solo Garcilazo de la Vega que bajo su condición de mestizo entendía de alguna forma la religión de su madre pudo relatar la devoción por Pachacamac, de distinta manera, cuenta que en uno de los encuentros que tuvo Atahuallpa – el último Inca – con el cura Valverde, el Inca manifestó que el no sabia nada del dios del cual hablaba dicho cura, y que el creador de todas las cosas y la vida era Pachacamac, luego Garcilazo dice que si a él le preguntaban como se dice Dios en su lengua, él contestaría Pachacamac.
