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Hay quienes aseguran que las ruinas más bellas de Perú no son precisamente las que están en Machu Picchu. La construcción Inca es un ejemplo de ingeniería magistral, y aunque su ubicación las deje lejos de la civilización, lo cierto es que su construcción, por sí misma es una serie de paredes grises muy bien construidas.

Para ver lo que era la creatividad antigua, artística, tendrán que ir a un sitio arqueológico ubicado en el otro extremo del país: la Huanca de la Luna. Este sitio recibe a unos 300 visitantes por día, y esta exigua cantidad, no es porque sea un destino difícil de alcanzar, ya que queda a sólo 15 minutos en taxi desde Trujillo, sino porque es un destino que nunca ha sido tan publicitado como lo son otros destinos.

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Esta situación es toda una ventaja para los viajeros que aman los destinos no masificados. La pirámide fue construida por la cultura Moche hace unos 1.500 años, mucho antes que los Incas llegaran al poder en los Andes del Sur. La Huaca de la Luna fue un centro el centro religioso de la cultura Moche, un centro de sacrificios y rituales.

La pirámide se parece a una pila enorme de tierra y ladrillos, cubiertos con techos de metal. Lo mejor lo verán en el interior.
Las paredes interiores están cubiertas con pinturas que tienen más de 1.500 años de antigüedad. Hay una habitación enorme, que tiene las imágenes de la aleta de los dioses y las ceremonias religiosas. Hay una habitación enorme con imágenes de Ai-Apaec, el dios principal de la cultura Moche, que abarca todas las paredes, con diferentes expresiones faciales.

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Es difícil no pensar en cómo se inspiraron los que crearon este arte. Dentro de un patio exterior, los guías les explicarán cómo las cámaras fueron utilizadas para sacrificios humanos, y cómo las víctimas eran seleccionadas a través de una guerra ritual. En el interior, el altar donde se concentraba la sangre ofrecida a los dioses, está perfectamente conservada, y los cuadros alrededor se han mantenido.

La salida de este impresionante sitio, tiene una impresionante rampa antigua que sirvió como entrada al templo. Hay un lado cubierto de frisos pintados, que se remonta a miles de años.

Algo impresionante de la Huaca de la Luna, es que podría tener tesoros inimaginables enterrados. Para llegar a este lugar, basta tomar un taxi desde el centro de Trujillo, los que cobran unos 15 soles por persona, aunque también se puede tomar un tour organizado o un transporte público. La entrada a la pirámide cuesta unos 10 soles, e incluye una visita guiada obligatoria. Muy cerca hay varios restaurantes Moches.

Vía/ Livinginperu

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