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Entre los meses de enero y abril, se produjo un varamiento masivo de delfines y marsopas espinozas en las costas peruanas. Esta situación saca a relucir dos grandes temas de los que hemos sido testigos en las últimas décadas: una la eterna lucha de Perú exigiéndole mar a Chile, indicándose en repetidas oportunidades de su discurso, que carecen de costas, y otra, cómo la minería está afectando al ecosistema marino, aunque nadie lo podrá asegurar nunca.

Se cree que la causa de muerte de los cetáceos en las costas del pacífico, puede deberse a un virus, y las autoridades descartan que la muerte de estos delfines pueda deberse a las exploraciones petroleras que se realizaron previo a la fecha de muerte de estos animales marinos.

La petrolera que realiza los estudios, es la petrolera BPZ Energy. La exploración petrolífera se realizó desde un barco que envió burbujas de aire comprimido al fondo marino, lo que genera ondas sonoras que retornan y dan un resultado similar a una ecografía, sobre la cual se determina un mapa que indica donde ay y no hay hidrocarburos.

En el estudio de impacto ambiental, BPZ indica que las descargas de aire comprimido pueden provocar desde afecciones auditivas hasta cambios en las rutas migratorias.

Orca, que es la organización no gubernamental de cuidado marino, cree que esas ondas de choque mataron a los cetáceos. Por la magnitud de lo que ha pasado, el gobierno peruano pedirá ayuda a la agencia científica estadounidense NOAA .

Hay que considerar que en Perú, no sólo se están realizando exploraciones petrolíferas, sino que también se están abriendo faenas mineras, que podrían estar contaminando el mar con sus residuos.

Vía/ Emol

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