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Ubicado entre las regiones Amazonas y San Martín, en la provincia de Mariscal Cáceres, Perú, el Parque Nacional del Río Abiseo ocupa curiosamente uno de los pocos territorios aledaños a Los Andes que aún no ha sido poblado, abarcando casi la totalidad de la cuenca del río que le da su nombre, y con una belleza tal que le ha permitido ser considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1990, por parte de la UNESCO.

En su momento, este Parque Natural fue establecido con el objeto de conservar sus ambientes naturales y las especies que contienen, ya que en la región se encuentran los considerados bosques de montaña mejor conservados del Perú, con niveles de altura de su vegetación que parece irreales a primera vista, como una “selva colgada de las nubes”, y que cautivan a los turistas de todo el mundo.

Para su segura protección, hay que destacar que este sitio es controlado celosamente por parte del gobierno peruano desde el 11 de agosto de 1983, mediante un Decreto Supremo, especialmente a partir del descubrimiento de una serie de elementos propios de la ocupación precolombina, de insospechable valor científico y cultural.

De hecho, en este sentido, se han registrado hasta el momento unos 36 sitios arqueológicos, entre cuyos “recuerdos”, se hallan cientos de elementos de culto antiguos, entre los que destaca el Gran Pajatén, una fortaleza semicircular hecha en piedra y decorada con divinidades de forma humana, sobre las que se tenía algún conocimiento bajo, reforzado a partir de estos acontecimientos.

Vía: PNRA
Imagen: Viajes Real

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