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Arequipa, es la segunda ciudad más grande de Perú. Dentro de la ciudad no se siente como si fuera una metrópoli llena de vida, por el contrario, ésta es una ciudad tranquila, limpia y relajante.

Los alrededores de la ciudad, están rodeados de muchas montañas, campos agrícolas, y un volcán imponente. La ciudad en sí misma es espectacular, y por lo mismo, es conocida como la “Ciudad Blanca”, debido a sus construcciones hechas de una piedra volcánica de un color blanco perla. Las calles de Arequipa están llenas de hermosos edificios que no se ven en ningún otro lugar de Perú.

El mejor consejo que se les puede dar a los viajeros que van a Arequipa por primera vez, es quedarse un rato a observar donde sea, y disfrutar de las calles, los museos e iglesias.

Un gran lugar para comenzar a explorar la ciudad, es comenzar por lo alto. Desde allí, se pueden ver prados verdes, campos y las montañas que rodean la ciudad, así como el volcán Misti.

El Misti es más conocido como el “Guardián de la Ciudad”, ya que se cree que vela por los ciudadanos de Arequipa.
Ningún viaje a Arequipa estaría completo si no se visita el Monasterio de Santa Catalina. Allí, las monjas han vivido en reclusión por más de 400 años y sólo en los últimos años este monasterio ha abierto sus puertas al público.

Las salas y pasillos del Monasterio de Santa Catalina están muy bien conservados, y uno perfectamente podría pasarse horas paseando por allí. Las exposiciones pueden llevar a los viajeros a través del tiempo, como si estuvieran viviendo entre las monjas que habitaban las centenarias habitaciones. Si se atreven a caminar por las azoteas, pueden descubrir las vistas más espectaculares de la ciudad. Finalmente, tienen que pasar a disfrutar de algún aperitivo en la cafetería dentro del monasterio.

Vía/ Peruforless, Foto/ Flickr (Alexloyal)

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