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Este post, no pretende ser una guía para sobrevivir en caso que el avión se caiga en medio de la selva, ni mucho menos, sino sólo contar una parte de la historia de la mujer que pudo sobrevivir a la caída de su nave en medio de la selva peruana, en el año 1971.

Yo creo que cualquier viajero, que se expone en sus viajes a un accidente, puede sacar lecciones de estas historias, que hoy están saliendo a la luz en los medios, porque de ellas se aprende, y sobre todo, se puede sacar algo útil, que podría ayudar en un caso de emergencia.

Juliane Koepcke es la sobreviviente que se está haciendo fama, y que cuenta ahora, pasó horas difíciles justo en la nochebuena, saliendo del aeropuerto de Lima, con destino a Pucallpa, cuando en medio de la selva amazónica, el avión empezó a dar tumbos y choco en el aire. Finalmente un rayo golpeo un tanque de combustible y arranco el ala derecha.

El vuelo 508 de Lansa, se fue en picada, y sus 92 pasajeros y tripulantes murieron, excepto uno. Juliane estaba sentada en el asiento 17, justo al lado de la ventana y de su madre. Ella cayó volando con su asiento, pero su madre desapareció. Ahora, unos 30 años después del accidente se hará una cinta cinematográfica del accidente, donde se va a mostrar todo lo que paso ese día.

Al día siguiente de haber volado desde el avión a la selva, Juliane recupera la conciencia y se da cuenta que solo tiene pequeñas lesiones, además de su clavícula fracturada.

El bosque se fue convirtiendo en una prisión, donde había jaguares, escorpiones y serpientes venenosas camufladas como hojas, que Juliane no podía ver porque había perdido sus gafas. No sola había eso, sino también ríos de pirañas y caimanes. En la noche, el frio intenso y la humedad le calaban los huesos.

Lo único que tenia Juliane para sobrevivir, era una bolsa de caramelos, ya que hasta su ropa había perdido. 10 días después de que su avión se estrellara, ella fue encontrada por 3 trabajadores forestales.

Su historia dio vueltas al mundo, como un ejemplo de valentía y suerte. Pero también se inventaron cosas morbosas acerca de su supervivencia, y eso la dejo molesta. Aunque aparentemente ella es una mujer normal, inteligente y cálida, el trauma del accidente le dejo una marca muy profunda. Por años ella despertaba con pesadillas, y se enfrasco en sus emociones, sin que nadie sospechara siquiera lo que le sucedía.

Pero en 1998. El creador de un documental la pudo sacar del miedo y llevarla de regreso al lugar del accidente, enfrentando sus miedos. Entre sus recuerdos, están sus padres dedicados a las ciencias, y amantes de los animales. Ellos le enseñaron a sobrevivir en medio de la selva, con consejos como seguir los caminitos de agua para hallar la salida si se encontraba perdida.

Lansa tenia mala fama y un largo historial de accidentes, pero ella y su madre decidieron viajar de todos modos. La caída desde el avión fue tan brusca, pero a la vez milagrosa, que ella desarrollo varias teorías para explicar su sobreviva, como que el follaje de los arboles donde cayó era muy denso, amortiguando su caída. Cuando cayó, no sintió miedo porque siempre vivió en entornos de naturaleza, y encontró un arroyo, que siguió, sabiendo que podrían haber pirañas, y plantas venenosas. Pero siguió el flujo del arroyo y llego un rio.

Tuvo suerte de no pisar una raya, o ser atacada por un cocodrilo, y de pura suerte los hombres que la encontraron, fueron ese día a su campamento.

La historia de Juliane no termino ahí, porque luego se cuentan las desventuras de conocer porque su padre ya no la quería ver más. Tal vez un día de estos veamos esta historia en el cine. La mejor parte es ver cómo se puede separar el miedo de estar solo y en medio de una selva llena de animales ponzoñosos. ¿Ustedes que harían?.

Vía/ Telegraph

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