Creado por Felipe Assadi y Franciesca Pulido, este bar del que hablaremos se encuentra en Lima, Perú. El bar tubo está en el antiguo sitted y semi abandonadas instalaciones del edificio Puericultorio Pérez Aranibar, que fué de 1820, construido para albergar a un orfanato.

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El espacio que tenía que ser utilizado para la construcción de la barra era de dos habitaciones del segundo nivel de uno de los pabellones del palacio. Resto del edificio es parte del patrimonio cultural de la ciudad de Lima. La idea era hacer convivir las dos ideas de destino del edificio en una sola, y la mejor manera de unirlas se les ocurrió era un tubo.

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El tubo fue perforado en la parte central de uno de sus muros y en el techo de su parte media generando unos singulares agujeros que emiten una única luz azul-violeta que entra y da vida al espacio. Esto pone de relieve la idea de que los elementos flotan en el interior del edificio.

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Dentro de este tubo, una larga barra de estilo funky organizó el espacio que busca el concepto de un elemento único. El espacio cerca de la barra se organizó con cinco esculturas y enormes fotografías enmarcadas. El mobiliario que se encuentra en el «tubo» se ha creado bajo el concepto de una plataforma que corre a lo largo de su estructura de apoyo, en consonancia con la idea de ligereza. Todos los muebles, vajilla, todo en este bar fue diseñado siguiendo una estética neutra y abstracta.

Los materiales que se han utilizado son de acero, paneles de yeso, MDF y lacado blanco brillante pintura epoxi, aunque en realidad aquí hay mucho más que esto.

Vía: wayfaring

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