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Hace setecientos años, los magos de Sicán Tecume miraron hacia abajo en el Valle de Lambayeque, situados en lo más alto de sus castillos piramidales.

Desde las alturas, se mantenía a la población a salvo de los desastres naturales, como los terremotos, tsunamis y tormentas. Todo, mientras se practicase el tributo y el sacrificio.

El sitio Tecume tiene alrededor de 20 pirámides de adobe, que se han ido erosionando con el paso del tiempo entre medio de las montañas. La cultura Sicán es anterior a la incaica, y si algo se puede decir de ella, es que sus objetos son impresionantes.

Chiclayo cuenta con un mercado bien completo y abastecido para satisfacer todas las necesidades de brujería, el Mercado Modela. El mercado está cerca de la céntrica Plaza de Armas, donde se vende un poco de todo, desde artículos para el hogar, alimentos, souvenirs, cerámica, ropa y elementos ocultos. En este lugar se puede comprar todos los ingredientes necesarios para elaborar pociones mágicas y preparados, sobre todo si son de origen animal, tales como serpientes secas, pescado, monos, mamíferos varios y aves. Incluso partes de especies raras y en peligro de extinción se venden como ingredientes sobrenaturales.

Hay en el mercado de la brujería, objetos ceremoniales, tales como máscaras, tambores, sonajeros y silbatos. Hay incluso, tratamientos exóticos.

Hay rituales de brujería, que incluyen animales como el cuy, los huevos, y otros ingredientes mágicos. Yo no creo mucho en todos los rituales, pero si en los que los brujos o brujas, después de todo, la efectividad de cualquiera de esos rituales, depende en buena parte, del poder de quien los efectúa. Hay remedios a base de hierbas y hojas que han sido utilizados por los pueblos amazónicos durante siglos, como remedio contra la inflamación, las infecciones, el ardor de estómago y los trastornos digestivos. Famoso es el té de Achiote, que calma los dolores de estómago.

Vía/ Livinginperu

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