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Los museos del Perú tienen algunos de los ejemplares más bellos del mundo en cuanto a cerámica antigua. A través de un paseo por los museos, ustedes se pueden encontrar con algunos de los ejemplares de cerámica antigua más bellos del mundo, los que reflejan miles de años de historia moldeada en arcilla, lo que nos permite ver a través de los ojos de los artistas que adoraban hacer esto en las civilizaciones pasadas.

En el Templo del Sol, en el Cusco, estarán hasta el 31 de mayo, las cerámicas hechas por el artista Lucho Soler. El Chavín, Moche, Nazca, Wari y muchos otros nos han permitido conocer sus culturas, con sus hermosas representaciones de la vida cotidiana y el medio ambiente que les rodeaba.

Las enormes cantidades de cerámica que hay en los museos nacionales y en los libros de historia, que han inspirado a Lucho Soler, artista nacido en Lima, son parte de su vida.

Lucho Soler se desarrolló como artista en Perú, enamorándose de la cerámica a los 10 años de edad, cuando recién estudiaba la historia del Perú en la escuela. El comenzó a hacer replicas de las piezas que admiraba, algunas de las cuales, tenían más de 3.000 años de historia en Perú. En sus inicios, este no era más que un joven alfarero, pero su búsqueda del conocimiento y aprendizaje lo empujaron a irse a Estados Unidos, donde descubrió a los artistas que celebran a los nativos indígenas de pueblos en Nuevo México. Allí se familiarizo con la obra de María Martínez y los muchos talentos nativos americanos que han hecho de los mejores ejemplos de cerámica del mundo actual.

Lucho vivió y trabajó con algunos de los mejores ceramistas, intercambiando ideas para crear piezas únicas y esplendidas. La belleza de sus cerámicas es la misma que conseguían hacer sus antepasados. Hoy, después de 45 años de experiencia, Lucho comparte sus conocimientos con los demás y sigue luchando por mejorar sus habilidades.

El ha sido profesor del famoso Instituto de los indios americanos de la Escuela de Arte de Santa Fe, Nuevo México. En Perú ha impartido innumerables talleres y clases a jóvenes aspirantes a ser artistas, ayudándoles a aprender sobre su herencia cultural y dejándoles expresarse en la creación de algo bello.

Lucho regreso a Perú para vivir y trabajar en su estudio privado de Ollantaytambo, en las afueras del Cusco. Los trabajos de Lucho han estado en una serie de galerías de Estados Unidos, Francia y Perú.

La exposición del Templo del Sol, tendrá piezas únicas y originales, que no se pueden dejar de ir a ver.

Vía/ Livinginperu

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