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En la Cuenca del Amazonas, hay dos tipos de servicios turísticos guiados, uno que lleva a los aficionados a la pesca de paseo, y otro que lleva a los expertos en pesca, que llegan al país desde otros países para pescar especies exóticas y vivir una experiencia única en su vida.

Estos pescadores suelen llevar toneladas de equipamiento y llegan a pagar cientos de dólares al día, por viajar introduciéndose en la selva, en busca de los caladeros vírgenes donde encontraran sus presas.

Hay personas que llegan desde la misma Cuenca del Amazonas por otras razones, como los misioneros, trabajadores petroleros y otros, que aprovechan de divertirse sin tener que gastar mucho dinero. El Pez del Amazonas Eagle es el que más aprovecha este tipo de viajero.

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Hay itinerarios para la pesca, que duran desde un día, hasta varios días, que incluyen carpas, esteras para dormir y equipamiento. Por lo general, los pescadores sacan un Pavón o dos, algunas Pirañas, Bagre y Sábalo. La mayoría de los Pavones son devueltos al agua para que continúen con su ciclo de reproducción y repueblen las aguas.

Los pollos que se crían libremente en la selva, tienen un sabor único, que puede compararse si se dan el gusto de disfrutar de una cena con un tipo de pollo salvaje y otra con el pollo de cautiverio que se cría cerca. En esto, concuerdo plenamente, ya que los pollos de supermercado, no podrían tener peor sabor. Es como si hicieran un esfuerzo por vendernos una carne mala, con sabor a huevo podrido y una textura blandengue, que difiere notablemente del fibroso y sabroso sabor del pollo campesino o selvático.

Una enfermedad muy común entre los guías de pesca que ejercen por el lugar, es el Dengue. Los turistas también lo pueden adquirir si no se cuidan. Pero en el peligro, está la emoción, dicen.

Vía/ Livinginperu

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