En las playas y las praderas de coral inmersos en aguas poco profundas, hay muchas especies marinas que son deseadas por los pescadores deportivos, tales como el atún, el pez espada y el marlín. Los pescadores suelen pescar armados de ampones, aunque hay algunos que se suben a frágiles balsas y se aventuran a la alta mar en busca de muriquis o congrios, soberanos de las profundidades.

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Estas playas no exhiben las típicas palmas tropicales que se suelen ver en las cercanías de todos los complejos turísticos, es justamente esa la característica la que hace sobresalir a estas playas, ya que se las puede ver en colores dorados puros, como si se tratara de un desierto uniforme. Por las costas, es común ver alguno que otro tronco de árbol retorcido que parecen ser una escultura regalada por la naturaleza para deleitar la vista de quienes pasan por ahí a visitarles.

A muy pocos kilómetros hacia el interior se divisa un mundo distinto, marcado por montañas y cañones, más lechos de arena y sustanciosos torrentes de agua. Los bosques secos han sido el hábitat sobre el cual han tenido que acostumbrarse diferentes especies, incluyendo la flora y el gran árbol conocido como Ceiba que dominan los bosques almacenando agua dentro de sus troncos gruesos y grandes, a fin de prepararse para el extenso período de sequía.

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En la tierra del algarrobo hay también hualtaco y árboles de guayacán. Maderas valiosas que han sido utilizadas por más de dos mil años por el hombre, y están en peligro de extinción. El algarrobo da sombra, alimento y la materia prima para construir al hombre.

El bosque seco es también un refugio para las especies de animales únicas. También hay especies de animales poco comunes pero no por eso menos interesantes, como los osos hormigueros, las ardillas y las iguanas.

A pocos kilómetros de la ciudad de Tumbes todavía quedan costas del Pacífico, y bosques tropicales que albergan diversos animales y especies vegetales. En esta zona llueve como en ninguna otra de la costa peruana, y el bosque es tan denso y brillante como el mismo Amazonas.

Fotos: flickr, flickr

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