El Parque Nacional Cerros de Amotape se encuentra delimitado en sus fronteras por el río Tumbes. Este parque ocupa buena parte de la Cordillera de los Amotapes, y cuenta con numerosas quebradas que recolectan agua para los valles, tales como las quebradas Fernández, Mancora, Casitas, Bocapán y el Río Tumbes. Este último valle, junto al río Zarumilla es la mayor superficie irrigable y con producción de la provincia.
El parque alberga especies secas, espinosas, matorrales y otras más, todas tropicales, que se van adaptando a las variaciones del clima, como cuando llega el fenómeno del Niño.
Los principales problemas del parque son las zonas ganaderas, en especial aquellas que albergan cabras, ya que estas se comen los brotes de las plantas nuevas y no dejan regenerarse al bosque, además de degradar las tierras tras su paso. También es un problema la caza de especies por parte de los humanos, la pesca, el robo de especies exóticas para comercializarlas, así como recolectar especies del bosque mismo.
Aún con todos estos problemas en estas tierras maravillosas, podemos ver a la gente de piel color cobre llevando en sus almas una infinita paciencia y hospitalidad. En general, la gente del lugar no pretende hacer daño y si lo hace es por la ignorancia inserta en su cultura. Los agentes más dañinos han sido más bien aquellos que han llegado desde afuera con el único fin de explotar al máximo lo que se pueda explotar, luego que ya no queda nada, se van y listo.